Colegiales se escapan para coger en el monte
Los cuatro estudiantes, dos muchachas y dos varones, pidieron permiso en sus respectivas clases, para según ellos ir a la biblioteca para consultar ideas para una presentación que tenían que armar, pero en realidad huyeron por una de las ventanas de la biblioteca y aprovechando que su escuela tenía un jardín que se prolongaba con el cerro detrás de la escuela, se internaron en la espesura para darle rienda suelta a sus instintos juveniles. Una vez que se sintieron lo suficientemente alejados de la escuela, comenzaron a besarse y acariciarse sensualmente, con beso de lengua y pasando las manos ellas por el frente de los pantalones de sus compañeros y ellos en el pecho de sus amigas.
El más adelantado de los muchachos rápidamente sacó su verga para que la compañera le diera placer y ella se despojó rápidamente de su blusa y del bra, para hacerle una rusa, los otros dos los imitaron, añadiendo chupadas de la chica al pito de su compañero. Luego usaron la ropa para formar una almohada y poner en cuatro a las muchachas, a quienes previa lamida en su panocha, les hicieron una masajeada de clítoris para proceder a cogérselas de a perrito, y cada vez que las penetraban ellas se empinaban más para que la verga entrara en toda su gloria y les abriera los labios de la concha, frotando su vagina y excitando a las hembritas. Para hacer la cosa más emocionante, cambiaron de pareja y por un momento uno de los chavos estaba acostado, siendo cabalgado por su novia, mientras la otra chica seguía en cuatro moviendo su culote rítmicamente ante las estocadas de su compañero. Al final las pusieron a mamar para que la lechita les llenara el rostro y ellas se besaron satisfechas de hacer hecho la tarea.