Drogada y follada despues de la fiesta
La pandemia a dado origen a un sin número de oportunidades para coger, como la que me sucedió el otro día en la casa de mi sobrina. Ella tenía fiebre y le recetaron analgésicos y antipiréticos, de esos que cuando los tomas te dejan somnoliento y sin fuerzas. Mi sobrina, que siempre ha estado muy buena, se me antojaba para una buena corrida en su panocha o en su culo, y esta era la oportunidad perfecta. Primero verifiqué que realmente estuviera noqueada, y entonces procedí a recorrer su cuerpo con mis manos, para que todo eso que siempre me imaginé cobrara realidad con mi tacto, sus piernas, su cadera, sus nalgas, su pancita, sus chichis, sus labios, todo lo que en ella me excitaba fue recorrido con mis manos. Luego la desnudé y como si quisiera grabar en mi piel sus formas, la acaricié toda. Riquísima mi sobrina y sus nalguitas que siempre me hacían babear sólo de verlas, estaba allí solo para mí, toda su hermosa figura me hacía sentir ganas de ser un enorme pene para meterme completo en ella. Procedí a dedearle el culo y como ella seguía sin quejarse, procedí a cojerla por el culo, con ella boca a bajo como siempre me la imaginé, ella dócil y sin quejarse, sientiendo como mi carne le ampliaba el ano, cada vez más adentro, y con la cabeza de mi verga cada vez más dentro de ella y con la sensación de calor que da esa parte de su anatomía, al final, le llené el culito de mi semen, que ganas de que en ese momento ella me la chupara para dejarme la verga succionada y con los guevos vacíos.