Follando bien rico a escondidas de mis padres
Los días se pueden poner pesados en la cuarentena, y el hecho de estar sin salir, y con sólo cosas aburridas en la TV o enfadados de ver videos cortos de tik tok, y lo peor de todo es que las clases virtuales se ponen letárgicas cuando el Zoom se cae o la clave del meet es la equivocada. En una ocasión en que estábamos hartos ya de todo, mi vecino y yo nos asomamos al mismo tiempo al pasillo de nuestros departamentos. Él me saludó y yo le contesté, y antes de que pudiera darme cuenta, ya estábamos en la alfombra, abrazados y besándonos como si no hubiera mañana. Me metió la lengua en la boca y yo lo dejé porque se sentía muy rico. Comenzó a pasarme las manos por las tetas y por las nalgas, y yo le correspondí acariciando su entrepierna, nos despojamos de nuestras ropas y comenzamos a fornicar. Me cogió pero antes comenzó a meterme los dedos en la panocha, mientras con su lengua excitaba mi clítoris. Me abrió las nalgas para pasarme la lengua por el culo y luego me metió la vergota con todas sus fuerzas, haciéndome gritar y pedirle que me diera más duro y más fuerte. La alfombra se comenzó a manchar de mis venidas y de su semen, mientras me cogía cada vez más duro, su verga parecía que crecía cada vez que me la metía, y luego me puso en cuatro y al penetrarme me lanzó hacia adelante un poco, me agarró de las caderas y me acomodó para seguir cogiéndome. Cuando ya se iba a venir, alcancé a arrodillarme para sentir su tibia lechita en mi boca. Quedamos de al día siguiente volver a vernos.