La mejor lenceria de mi prima hermana una morra bien guarra
Cuando se trata de darle un buen recibimiento a alguien que se aprecia bastante, no hay como la lencería negra, que suele ser la entrada a una sesión caliente de sexo. ME preparé esa noche para que cuando llegara mi amigo me encontrara vestida de forma excitante, es decir, con ropa que le llamara la atención y que le diera ganas de besarme, abrazarme, apretarme contra su cuerpo y después… coger. No hay duda que el negro es el color del luto, porque el entierro está garantizado, y si el entierro es un pene erecto bien firme, duro, cabezón y venoso, al momento de entrar en la panocha puede ocasionar un poco de dolor pero un universo de disfrute, el roce de la verga con los labios de la vagina dan origen a una tormenta de estímulos que cosquillean en el cerebro y paran las tetas, alistándolas para una buena chupada o para un masaje que provoque a su vez más excitación, poniendo al clítoris como pequeño receptor de lamidas o de dedos que lo hagan sentir caricias prohibidas. Luego de varias metidas de verga en la concha, el mejor premio que se le puede dar al miembro es una rechupada para que se sienta agradecida por su trabajo, y de nuevo a la carga, entrando cada vez más duro y rápido en el coño, que aprieta y exprime el palo del hombre buscando sacar su lechita tibia y nutritiva, que a veces es bueno recibir en el vientre o en la boca, pero es mejor siempre sentir cómo llena la concha, que queda escurriendo de mocos que salieron como espray de los guevos, y escurren hasta el culo.