Mi tío me acosa en la cuarentena y acabo dándole las nalguitas
Mi tío comenzó a querer cogerme desde que yo agarré cuerpo de mujer, al final de la adolescencia. Al principio era fácil escabullirme, pero cuando los negocios de mi familia comenzaron a declinar, dependíamos cada vez más de su benevolencia. La puntilla fue la crisis del covid, que nos dejó en la indefensión y hasta nuestra casa perdimos, así que tuvimos que mudarnos con él. Un día nos quedamos solos, porque la familia había ido por la mudanza de varias cosas, y se iban a tardar muchas horas, motivo por el cual mi tío comenzó a acosarme en todos lados, si estaba en la alcoba, en la sala, en el cuarto de lavado, allí estaba él. Decidí enfrentarlo pero con el pensamiento de que no podía simplemente rechazarlo. Así que lo dejé que me abrazar y luego me acariciara de forma sensual, no me resistí pensando en mi familia y él no tardó en poner sus manos en mis pechos, en mi cadera, en mies piernas y por fin acabó quitándome la ropa por lo menos en lo que le estorbaba para poder agarrarme las tetas, acariciarme el pubis y gozar de mis formas. Yo estaba excitada y entonces me hice a la idea de que era por la familia así que lo dejé que me la metiera por atrás, pero antes se la lubriqué con mi saliva para que no me fuera a doler, me cogió como a su puta y me daba nalgadas mientras me penetraba con su verga parada y maciza, cada vez más rápido y duro, se vino en mi panocha y aunque me dio miedo que me dejara embarazada, para eso se inventó la píldora del día siguiente…