Milf quiere corrida interna de un negro rapero
De niño le decían el pollito, porque había nacido bajo de talla y peso, pero desde la adolescencia le decían el pollota, porque su pene rebasaba las 20 pulgadas y de él se decía que era el encargado de estrenar a las chicas de su zona, les daba tan tremendo cogidón que de él en adelante las chicas agradecían una polla menor porque la de él dolía y al hacerle el oral casi las asfixiaba. Su fama llegó hasta las amas de casa y en una ocasión una de ellas con fama de ser más puta que las demás lo hizo ir a su casa para cogérsela. Al principio la tipa no estaba impresionada, pero cuando él se la dejó ir después de darle un masajito, ella gritó de emoción, nunca la había sentido tan adentro, tan gruesa y cabezona, sus tetas bailaban de un lado a otro por los empujones que le ponía en cada metida, su coño nunca se había estrechado tanto excepto al dar a luz, la panocha le ardía y no podía parar, su corrida fue tan abundante que parecía la llave del lavabo descompuesta, chorreaba jugos de placer, él no se detuvo porque sabía que ella había hablado mal de él, la castigó haciéndola venirse varias veces más y por fin la dejó en paz cuando casi se desmaya y por poco se vomita del dolor de cabeza que le dio tras dos horas de follar sin parar.