Mi tutora se calienta con los plomeros y me deja follarla con ellos
La casa de Saulo estaba en reparaciones, y para colmo de males, él recibía clases particulares para poder ponerse al día en las materias que había fallado en pasar. Un día sin embargo, la maestra llamó para comentar que no asistiría, pero que en cambio enviaría a una compañera, que la supliría un par de clases. A diferencia de su maestra original, que era la clásica maestra de la tercera edad que parece abuelita, la maestra sustituta parecía modelo: rubia, largas piernas, talle marcado, busto de tamaño grande aunque no excesivo, y un rostro de ángel. Las clases no podían ser tomadas ese día, porque los plomeros que estaban trabajando perforaban el suelo, ocasionando un ruido insostenible. La maestro no aguantó más y fue a decirles a los plomeros que se callaran, y en broma uno de ellos le contestó que no le obedecerían a una panocha que habla. Furiosa, la maestra les dijo que ella podía con ambos, los plomeros se rieron pero ella se quitó de un golpe la falda y mostró que su tanga era casi hilo dental. Los plomeros babearon al ver las bellas formas de la maestra, y cuando se quitó el resto de la ropa, por fin se hizo el silencio. Pero comenzó otro ruido, los dos plomeros cogían rabiosamente a la maestra, que chupaba la polla a uno mientras el otro la follaba por el coño. Saulo miraba emocionado la escena, la maestra le pidió que se uniera y al final la maestra tenía una verga en el culo, otra en la panocha y una más en la boca. La lluvia de semen la cubrió, pero ella se lo metió en la boca y al final, les dijo a los plomeros que respetaran su panocha…