Esposa infiel le rompen el orto
Ella siempre deseó una aventura extramarital porque la rutina le estaba destrozando el alma, lo que no sabía es que en el club de swingers al que se inscribió había un conocido de su marido, y que se pondrían de acuerdo para hacerle una jugarreta. En su primera experiencia fuera del matrimonio, el tipo se portó muy galante y a la hora del sexo, la desnudó lentamente y la acarició para hacerla sentir como una colegiala, nueva, virginal. Le hizo caricias eróticas excitantes, la dedeó y le lamió la concha, la dejó lista para el sexo duro, y luego de penetrarla por el coño durante un rato, sin previo aviso la taladró en el culo, al principio ella no decía nada, pero luego comenzó a gemir, lo duro de la verga era mucho, su ano sufría pero ella había prometido llegar hasta el final, su culo fue destrozado por los vergazos que le metieron, sus nalgas estaban cansadas de ofrecer resistencia, el tipo la movía como quería y abusaba de su ano con placer, se lo dejó como bandera de Japón de tan hinchado, al caminar al baño no se podía ir derecho, pero al final le gustó. Como una especie de bono adicional, ella dejó desde entonces que su marido se la cogiera por el ano.