A mi cuñada le gusta ordenar mi polla en sus nalgas
Devon estaba muy contenta por el resultado del último partido de fútbol en el que había participado su hijo, así que decidió agradecer al entrenador por el magnífico esfuerzo que había hecho, y como ella ya estaba divorciada, no había moros en la costa. Invitó al entrenador a su casa mientras los niños seguían jugando en un campo cercano, el entrenador se sorprendió al llegar y ver que ella lo esperaba vestida en un atrevido bikini, pero pronto entendió que la brevedad de la ropa obedecía a que no iba a estar mucho tiempo en su lugar, de inmediato comenzó a masajear y acariciar sus enormes, redondas, suaves y naturales pechos, sus enormes tetas eran un agasajo aún cuando ella estuviera vestida, y el tenerlas en las manos ocasionó que su verga se pusiera firmes en segundos, le acarició el depilado coño y comenzó a meterle los dedos para ocasionarle un primer orgasmo, ella se retorcía agradecida por el rico gesto, él le comenzó a lamer la panocha y ella gritaba con cada pase de lengua, ella le comenzó a chupar la polla y comenzaron a follar, primero de misionero, luego ella se le trepó y brincaba con mucha fuerza sobre su verga, el pistón de carne se le metía rápido y hondo en su concha, los labios de su vagina arropaban el pito, le hizo una rusa y al final él le garapiñó los pechos con su corrida, le dejó glaseados de semen sus tetas.