Últimos videos porno añadidos

• 

  26:03

  Jovencitas petardas hacen un cuarteto xxx

  A las españolas les encantan las pollas grandes y firmes que las hagan sentir mujeres de verdad, con su panocha invadida con la carne caliente escupidora de lechita, y también las lenguas exploradoras que les invadan el coño, les taladren el culo y sean traviesas. Una noche de pasión debe empezar con un baile sensual, que haga sentir el cuerpo de ambos juntos, repegados y frotándose. Luego, los bezos y abrazos para comenzar a subir la temperatura. A la mujer española le gusta que le metan la lengua en la boca, que le aprieten los pechos contra su amante, luego que le quiten la ropa, lentamente o de golpe, pero luego que le pasen las manos por las tetas, por el vientre y luego que le acaricien la panocha, que le empiecen a meter un dedo, dos luego tres, para humedecer el coño… a veces sigue el trabajo con la lengua, que debe humedecer aún más la cueva del diablo, el pozo del gozo, el hoyo a llenar, la vagina. El culo debe ser excitado también, para prepararlo por si el cogelón de esa noche quiere probar a meter su polla en el aro menor del placer. A veces hay que chupar el pito, para que esté debidamente parado, y para humedecerlo hay que meterlo hasta la garganta, succionarlo y hacerlo sentir querido, para que corresponda con las penetraciones en el coño y el culo, que agradecen las empujadas al ser penetrados. Y cuando son dos o más pollas, es mejor disfrutar y dejarse llevar, para que la lechita llene la panocha, el culo o la boca, que es por donde coge la mujer española. Olé!

• 

  32:42

  Gangbang con la esposa de mi jefe, una guarra viciosa que pide trio xxx

  La expedición a la cueva.Beatriz era una joven a la que le encantaba la aventura, así que entró sin dudarlo en una visita especial a las cavernas más misteriosas del país, pero no esperaba que a los pocos minutos de entrar en la cueva, ésta se cerrara mientras ella, el guía y un guardabosques estaban dentro.Al principio le dio pánico, miedo, ansiedad, pero entonces el guía le comentó que no estaban lejos de la entrada, así que el rescate no tardaría en llegar. La abrazó tranquilizándola, y ella se sintió tan confortable que comenzó a responder a las caricias. Al poco rato, sus caricias subieron de tono y comenzó a frotar el entrepierna del guía, a la luz de la linterna se desnudó Beatriz y comenzó a sacudir la virilidad del guía, el guardabosques comenzó a pajearse, y cuando ella fue penetrada por el guía, el guardabosques no aguantó y la penetró por el culo.Entre los dos la hicieron sentir adolorida pero gozando de placer, llorando de las corridas que le provocaba la doble penetración, de repente el guía se la sacó de la concha y también se la metió por el culo, Beatriz lloraba tanto de dolor como de placer, y por supuesto chorreaba por sus agujeros.Ambos hombres la dejaron con el ano ampliado y mejorado, escurriendo semen y palpitando de tantas penetradas. Para terminar, ella les chupó las pollas hasta que de nuevo la llenaron de lechita y quedaron exahustos.Apenas estaban retomando el aliento cuando la entrada de la cueva se despejó, se vistieron aprisa y Beatriz dejó el lugar complacida, sin darse cuenta que la entrada de la cueva había sido bloqueada por otro de los guías…

• 

  07:03

  Compilación xxx corridas femeninas a chorros

  Tres parejas de adultos jóvenes estaban en una casona alquilada, en una villa europea, cuando la pandemia desató su furia. Parecido a los relatos del Decamerón, ellos vivieron situaciones extrañas. Por principio de cuentas, eran de varias partes del mundo y por lo tanto de raza variada: dos asiáticos, dos caucásicos y dos españoles. Tres hombres y tres mujeres, que por culpa de la enfermedad que rondaba el mundo tuvieron que experimentar el sexo grupal, no tardaron en su encierro en probar las orgías, todos en la misma cama cogiendo a diestra y siniestra, chupadas de polla, penetraciones anales, dobles penetraciones, cualquier cosa imaginable lo hicieron ellos. Las damas mostraron apertura mental y de piernas, al ser cogidas en sus panochas, en el culo, chupaban la verga hasta que le sacaban todo el jugo a sus parejas o al que fuera, porque sabían que estarían mucho tiempo juntos, y no sabrían si al salir el mundo estaría igual. Un día organizaron un concurso de corridas, a ver quién de las mujeres aguantaba más cogidas de los varones, ganó la asiática, que a pesar de ser más pequeña y tener menos tetas que las otras, cogía como un demonio fue triplemente penetrada por los varones, quienes le dejaron el culo lleno de lechita al igual que el coño y la boca. La española se vino varias veces mientras le dejaban ir dos vergotas en el culo y ella chupaba otra, mientras que los otros cogieron con placer con los demás. El campeón de las cogidas fue el blanco de américa, que por su vergota y aguante, pudo venirse siete veces en las panochas multicolores que se le ofrecían en un bufete de sexo sin fin.