Afortunado folla a madre e hija calientes
Aprovechando un paseo cuando aún se podía, nos llega esta historia de perversión y amor lascivo. Un señor afortunado salió a pasear con una vecina y su hija a hacer algo de deporte, lo que él no sospechaba, es que acabaría cogiendo con las dos, ya que ambas deseaban a su atractivo vecino, al espiarlo en una ocasión habían descubierto que él poseía una verdadera lanza de carne por verga, grande, maciza y cabezona, así que aprovecharon la primera oportunidad que se les presentó para hacerlo con él. Una vez que llegaron al lugar indicado, comenzaron por mamarle la verga, sin importar que fuera un lugar público, las ganas de poner en su boca ese pito y lamerlo, chuparlo y hacerlo ponerse lo más firme posible eran muchas. Luego de la chupada, el deportista cogió a ambas, las empaló con su garrote disfrutando enormemente de la concha de la jovencita y también de la panocha de la mamá de la joven, ambas gozaban con su pene y a ratos lo sacaban de su panocha para seguir mamándola y de esta forma excitarlo aún más. Al final recibieron como premio su lluvia de semen en la cara, que compartieron como buenas madre e hija.